🎭 Las Emociones: El Motor Más Poderoso de la Creación en IMPRO.
- Franco Maestrini
- 6 abr
- 5 Min. de lectura
Actualizado: 14 abr

🌱 ¿Improvisar es solo jugar?
Cuando alguien llega por primera vez a un taller de improvisación teatral suele venir con una expectativa clara: divertirse, reírse, perder el miedo a hablar en público, conocer gente y vivir una experiencia lúdica. Y así empieza el viaje. La impro tiene ese poder transformador que nos permite conectar con la risa, con el grupo, con el juego... con lo inmediato.
Pero con el tiempo, cuando los alumnos comienzan a desarrollar herramientas, aparece un nuevo horizonte creativo: contar historias reales, con profundidad emocional. Y ahí es donde entran ellas: las emociones. 🧠❤️
💥 Mi experiencia: de la risa a la emoción
He acompañado a muchos alumnos en este viaje. Al principio, las improvisaciones son ligeras, cómicas, casi siempre con un tono festivo. Sin embargo, algo empieza a cambiar cuando se introducen ejercicios emocionales.
Es entonces cuando nos damos cuenta de que la emoción es una de las herramientas más potentes que existen para crear. No es solo lo que decimos, sino cómo nos dejamos afectar por lo que sucede en la escena.
Ejercicios que abren puertas
A través del juego escénico, y ejercicios teatrales sencillos pero profundos, vamos rompiendo capas. Al principio, las emociones aparecen de forma caricaturesca, casi como una parodia. Pero luego, sin forzar nada, surgen esos pequeños brotes auténticos que nos emocionan de verdad.
✨ Un alumno que nunca había sentido una emoción real en escena, de pronto conecta. Su mirada cambia, su cuerpo se modifica, y la historia cobra vida.
🌪️ ¿Emoción es igual a drama?
Otro punto importante es diferenciar emoción de drama. No se trata de “actuar triste” o de que todas las escenas terminen en lágrimas. Se trata de que las emociones estén al servicio de la historia, y no al revés.
Una escena puede estar llena de emoción y ser alegre, ligera o profundamente conmovedora. Lo importante es que nos permitamos sentir y dejarnos modificar.
Emoción vs. Reacción: ¿Cuál es la diferencia?
Improvisar no significa desbordarse. Sentir una emoción en escena no es lo mismo que reaccionar de forma impulsiva. A veces confundimos la intensidad emocional con verdad escénica, y no es necesariamente así.
🔸 Integrar la emoción significa dejar que nos atraviese, darle un lugar, una forma, un ritmo.
🔸 Quedar atrapado es dejar que esa emoción nos tome de tal manera que perdamos la escucha, la conexión y la capacidad de jugar.
Una escena triste no necesita llanto exagerado. Una escena de enojo no requiere gritos constantes. La emoción es materia prima, no resultado final.
🎭 El arte de sentir sin perdernos
Cuando los alumnos y alumnas comienzan a trabajar con emociones en la impro, muchas veces les preocupa “hacerlo real”. Entonces aparecen frases como:
👉 “No me salió la tristeza”
👉 “No logré llorar”
👉 “Me desconecté cuando me enojé”
Estas frases nos muestran una gran oportunidad pedagógica: entrenar la presencia emocional sin dramatizar ni controlar. Porque improvisar no es “actuar emociones” sino dejar que pasen por el cuerpo y ponerlas al servicio de la historia.
🔧 Herramienta: la emoción como impulso narrativo
Una emoción bien sostenida, aunque sea sutil, lo tiene todo:
Nos conecta con el personaje.
Define la relación con el otro.
Muestra su objetivo.
Nos ubica en un lugar emocional.
Y lo más importante: dota de verdad y organicidad a la escena.
🤝 Una mirada sincera entre dos compañeros improvisando, cargada de emoción, puede ser el motor para construir una escena entera sin necesidad de una gran propuesta verbal.
🎯 El reto: dejarse afectar.
En los primeros pasos, los alumnos tienden a pasar por encima de las emociones. Comprenden con la mente lo que sucede en escena, pero no se dejan afectar genuinamente. Actúan “como si” algo les sucediera, pero no se lo permiten vivir de verdad.
En clase trabajamos eso paso a paso:
Reconocer las emociones básicas: alegría, tristeza, rabia.
Ponerle cuerpo a esas emociones: sentirlas y expresarlas.
Observarlas en los demás, empatizar con lo que vive el otro.
Y dar un paso más allá: crear desde la emoción, no desde la idea.
🎯 Porque cuando una emoción verdadera aparece, todo cambia: el cuerpo se transforma, la voz cambia, la mirada se vuelve presente y la escena cobra vida.
🧠 Del juego al descubrimiento interior
Pero con el paso de las clases, algo comienza a cambiar.
🌟 Aparece la necesidad de contar historias con más peso, con más profundidad. El juego sigue, sí, pero se vuelve más consciente. Más narrativo. Más emocional. Y es ahí cuando las emociones aparecen como un trampolín creativo
Los juegos de impro nos acompañan a descubrir nuestra creatividad, a soltar el control, a confiar en el momento. Pero también —y esto es lo que más me emociona como docente— nos llevan a descubrir que somos creadores.
👣 Pasamos del juego espontáneo a una necesidad interna de sostener una historia. Cuando un personaje permanece más tiempo en escena, cuando una situación se alarga más allá de lo inmediato, el juego necesita algo más para sostenerse: necesita emoción.
Y en ese tránsito natural, aparece la interpretación.
Es ahí donde comienza la verdadera alquimia: el alumno ya no solo juega, siente. El personaje no solo actúa, vive. Y desde ese lugar, lo que ocurre en escena nos toca, nos transforma.
La impro como espacio de autoconocimiento
Una emoción sostenida con verdad transforma una escena simple en un momento inolvidable. 🌊
Y lo más bello es que, mientras exploramos las emociones del personaje, nos vamos descubriendo a nosotros mismos.
Lo que sentimos y no sabíamos.
Lo que nos cuesta expresar.
Lo que habíamos guardado muy dentro y la impro, mágicamente, nos permite liberar.
Muchos alumnos me han dicho después de una clase:
“No sabía que podía sentir eso en escena… ni que podía permitírmelo”.
Y es que la impro también sana.
🔄 De emociones a historias largas
Cuando el trabajo emocional comienza a aflorar, los alumnos empiezan a necesitar algo más. Los juegos se quedan cortos.Y ahí es donde aparecen las historias largas, los long forms. Las escenas ya no giran sólo en torno a una consigna graciosa o una estructura de juego. Ahora lo importante es lo que sucede entre los personajes. Lo que sienten, lo que desean, lo que ocultan.
🍇 Como una fruta que ha madurado, los alumnos empiezan a transitar el cambio de manera orgánica. El juego ya no es solo para reírse. Ahora tiene un propósito más profundo: contar algo verdadero.
✅ Beneficios de trabajar con emociones en la impro
🎯 Mayor profundidad escénica: La emoción da dirección, motor interno y peso a la historia.
🤝 Conexión auténtica con los compañeros: Improvisar desde la emoción genera vínculos reales.
🌱 Crecimiento personal y autodescubrimiento: Las emociones que emergen en clase suelen reflejar bloqueos, miedos o deseos de nuestra vida real.
🧠 Improvisar desde lo visceral y no solo desde lo mental: Ya no se trata sólo de "hacer algo creativo", sino de vivir algo verdadero en el escenario.
🎭 Transición natural hacia la interpretación: El alumno pasa de jugar a actuar con presencia, organicidad y sensibilidad.
✨ Conclusión: Sentir para crear
Las emociones en la impro no son un “plus”, no son sólo un recurso más: Son el motor más poderoso de la creación.
Una emoción, incluso mínima, puede construir una escena entera. Una mirada sincera puede iniciar un viaje narrativo. Una sensación auténtica puede llenar el escenario de verdad.
🎤 Así que si alguna vez no sabes qué decir o qué hacer en escena...No busques una idea. Busca una emoción. Mira a tu compañero. Respira. Y déjate afectar.
Ahí empieza todo. 💓
Para más consejos y talleres de improvisación, visita www.francomaestrini.com o Escuela de Impro de Barcelona. ¡Nos vemos en el escenario! 🌟
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